Cuando uno piensa en Finlandia, no puede evitar pensar
en progreso, bienestar social y una economía sólida; sin embargo, cuando uno ve
las estadísticas que hablan acerca del suicidio, no puede evitar espantarse y
reflexionar ¿por qué una sociedad como la finlandesa tiende a tener una tasa de
suicidios tan alta? ¿Por qué es uno de los países con los más altos índices de
alcoholismo? Y sobre todo, ¿qué los orilla a tomar tan drástica decisión?
En el presente ensayo se pretende dar respuesta a
éstas incógnitas, tomando como base la novela literaria Delicioso suicidio
en grupo del escritor finlandés Arto Paasilinna,[1] que
refleja de manera sarcástica y humorística la situación por la que atraviesan
miles de finlandeses que toman la decisión de quitarse la vida.
Dos de los principales temas que aborda Paasilinna son
el alcoholismo y el suicidio; temas que afectan a la sociedad finlandesa de una
manera amarga y que por extraño que parezca siguen siendo tabú en el país y es
que "el suicido es la cuarta causa más común de mortalidad entre hombres
adultos y la quinta entre las mujeres. La primera es [...] el consumo de
alcohol."[2]
El libro comienza relatando la historia de Onni, que
dicho sea de paso significa suerte en finés, un empresario que alguna vez tuvo
éxito, pero que ahora se encuentra en bancarrota y al no saber qué hacer decide
suicidarse. En su andanza por buscar un lugar en el cual quitarse la vida, se
encuentra con Kemppainen, un general retirado que perdió a su esposa y la vida
es un sin sentido para él.
Ambos están a punto de suicidarse cuando se encuentran
y deciden posponer esa decisión. Al calor de una fogata y el alcohol, ambos
hombres deciden que sería bueno formar un grupo de ayuda para los potenciales
suicidas que haya en el país. Sin embargo, este grupo no es para desistir de
esa decisión, sino para hacer un suicidio colectivo. A grandes rasgos esto es
de lo que trata la obra, pero como esto es un ensayo y no un resumen, pasemos a
lo que nos interesa: el análisis.
Finlandia después de terminada la Segunda Guerra
Mundial y pertenecer al bando de los perdedores, tuvo que pagar reparaciones de
guerra, siendo la primera nación en saldar la cuenta y comenzando así un
período de modernización.[3] El país
logró dejar de ser uno completamente agrario, para permitir la entrada de la
industria que le daría a los nórdicos un sentimiento de esperanza hacia el
futuro.
Es bien sabido que este desarrollo llevó al país a
ser, en la actualidad, uno de los más prósperos y que ofrece a sus habitantes
una excelente calidad de vida. Según estadísticas, Finlandia es uno de los
mejores países para vivir, con uno de los sistemas educativos más eficientes del
mundo de acuerdo con PISA,[4] sin
embargo para
Los
funcionarios de salud de este país de 5,2 millones de habitantes afirman que la
depresión y el alcoholismo son los factores principales que conducen al
suicidio, pero los ciudadanos comunes dicen que es el invierno casi permanente
con días muy cortos y grises y largos períodos de oscuridad, que en algunas
regiones son las tres cuartas partes del año.[5]
Es decir, si hubiera algún culpable de los altos
índices de suicidio en éste país nórdico, serían los largos y oscuros inviernos
a los que se enfrentan cada año los habitantes. Y eso es algo que refleja a la
perfección Paasilinna: una sociedad melancólica que ama los veranos cortos y le
teme a los largos inviernos.
No es posible tener una vida normal estando a -25'C
sin poder salir a las calles. No es justificación, pero considero que esa es la
principal razón por la cual los finlandeses cometen suicidio: el inhóspito
clima al que están expuestos.
Como conclusión Delicioso suicidio en grupo
refleja no solamente dos temas que afectan en gran medida a la sociedad
finlandesa, sino que además, refleja esas ganas que tienen los finlandeses de
vivir, ya que como lo dice un dicho finlandés: "lo más importante en esta
vida es la muerte y ni siquiera es para tanto."
No obstante, esas ganas de vivir, los finlandeses
siguen teniendo muchas carencias en sus vidas diarias, carencias que el
gobierno no puede solucionarles, no por falta de recursos, sino porque éstas
son del tipo emocional, cosa que es complicado solucionar con condiciones
climáticas tan rudas. En fin, el clima juega un papel importante en el carácter
de la sociedad finlandesa.
[1]Arto Paasilinna, Delicioso suicidio en grupo, Madrid, Anagrama,
2007, 280 p.
[2]Sergio Reseco, Suicidios en Finlandia, ya no son el número uno,
(DE 25 de abril de 2013, en
http://destinofinlandia.com/en-finlandia/suicidio-en-finlandia/)
[3]Erick Hobsbawm, Historia del siglo XX, España, Crítica, 13° ed., 2009,
p. 73.
[4]Para un estudio más extenso acerca de la educación en Finlandia y sus
logros, consúltese la obra de Eduardo Andere, Finlandia. El éxito en PISA y más allá comienza en primaria y más
atrás. (DE http://eduardoandere.net/publicaciones/libros.html)
[5]S.A., El suicidio en Finlandia, (DE 25 de abril de 2013, en
http://simplementet.wordpress.com/2010/01/30/el-suicido-en-finlandia/)
Segunda parte: el romanticismo y el nacionalismo
finlandés
Identidad finlandesa
Al igual
que en toda Europa, el siglo XIX se caracterizó por las revoluciones y la
afectación de éstas en las artes, además se creó una ideología que ayudaría a
naciones sometidas a obtener su independencia y Finlandia fue una de esas
naciones. Durante la segunda mitad del siglo XIX y la Universidad de Helsinki
fue cuna de grandes pintores, escritores, poetas y músicos que desarrollarían
el romanticismo finlandés; éstos artistas buscaron crear obras de arte y
definir una identidad propia, algo que los caracterizara como finlandeses.
Para
comenzar con la identidad finlandesa hay que ubicar al paísgeográficamente: para Ángel Ganivet,
Finlandia se encuentra en desventaja por su ubicación geográfica, ya que a la
derecha tiene al "Coloso del Norte" (Rusia) y a la izquierda al león
que se abalanza sobre Europa (Suecia),[1]
pero esto no es desventaja, sino lo contrario, ya que Finlandia puede estar
influenciada por la cultura occidental, representada por Suecia y por la
cultura oriental, en el caso de Rusia, teniendo así, un crisol de culturas y
una combinación de las mismas que hacen de la finlandesa, una cultura única.
Intento de rusificación
Debido a
las enormes atribuciones que tenía el país dentro del Imperio, los rusos
nacionalistas comenzaron a criticar esta situación, así como la relación de Finlandia
con el resto de Europa.[2]
Esto trajo como consecuencia el primer período de rusificación; en este lapso,
Rusia trató de atraer al Gran Ducado a su esfera deinfluencia, lo que provocó un enfrentamiento
entre la élite finlandesa y el gobierno ruso.[3]
Para 1899 el zar Nicolás II abrió un ataque contra la soberanía finlandesa, mismo
que se detendría en 1905,[4]
con la disolución de su ejército, la implantación del ruso como lengua oficial,
así como la disminución del poder de la Dieta finlandesa y por último la
represión.[5]
Esto trajo consigo la desaparición de los privilegios y las costumbres, bajo la
consigna de la uniformidad y rusificación de los territorios.
Pintura, literatura y música nacionales
La pintura como espejo del nacionalismo
Durante el
siglo XIX la pintura jugó un papel muy importante para el desarrollo del
nacionalismo; Albert Edelfelt fue un representante muy importante de éste arte,
su obra capital es el retrato de Luis Pasteur, lo que demuestra la importancia
de Finlandia dentro del ámbito europeo. Sin embargo a lo largo de sus obras
bien se puede ver el nacionalismo que reinaba en Finlandia a finales de éste
siglo, como se puede ver en la pintura París en la nieve, donde el paisaje parisino más parece uno finlandés, aquí la nieve
juega un papel importante, y lo podemos ver hasta en el nombre, una pieza donde
las construcciones que se observan no son típicas parisinas y más bien podría
parecer alguna ciudad al interior del país nórdico e incluso podría ser la
ciudad natal del artista. No se puede hablar del monumento representativo de París,
puesto que para cuando el artista realizó la obra, la torre Eiffel apenas
comenzaba su construcción.
Es en éste
momento cuando comienzan a llegar las primeras fábricas al país y una vez más,
esto se puede observar en la pintura, ya que el desarrollo económico-industrial
del país y al mismo tiempo de las primeras consignas nacionalistas, mismas que
fueron mostradas en todos los aspectos posibles.
Otro
representante del romanticismo pictórico finlandés es Akseli Gallén-Kallela,
con los frescos que realizó sobre el Kalevala,
la epopeya épica finlandesa, éstas obras de tamaño colosal, no sólo lo son en
cuanto a tamaño, lo son en cuanto a técnica y nacionalismo, ya que, desde el
tema tratado son obras nacionalistas. Dentro de éstas piezas se pueden observar
pasajes del Kalevala, que representan la lucha de los finlandeses contra
los rusos, los primeros peleando por su independencia; los segundos defendiendo
sus intereses. La obra que se ve a continuación es La defensa del Sampo (Sammon puolustus).
Otra obra
pictórica en la que se puede observar esta lucha es El ataque (Hyökkäys) del pintor Eetu Isto, en dónde se hace muy presente la teoría de las
nacionalidades, aquí el pintor plasmó a Finlandia como una hermosa doncella,
que es atacada por un águila bicéfala, misma que representa al imperio ruso. En
esta obra se ilustra de una manera clara y directa el intento de rusificación
por parte del imperio, y la protesta no pudo ser más clara.
Con sus
obras "los finlandeses querían mostrar también a través de su arte que
Finlandia podía disponer de una existencia independiente en el concierto de las
naciones europeas."[6]
Y esto se vio reflejado en la Exposición Universal, llevada a cabo en París en
el año de 1899, donde Finlandia fue recibida en su pabellón exclusivo. Ahí el
país "subrayó su propia índole y su definición con respecto a Rusia causó
ciertos conflictos [...] el pabellón y el arte de Finlandia provocaron una
importante atención política, en cuyo trasfondo se encontraba el conflicto
institucional entre Rusia y Finlandia."[7]
Durante éste período se puede observar que Finlandia comenzó a tener un papel
más activo dentro del continente europeo.
Kalevala
Una de las
primeras manifestaciones nacionalista-románticas es el Kalevala, la
epopeya épica finlandesa; según Ángel Ganivet ésta creación es la manifestación
más importante del nacionalismo finlandés,[8]
y bien tuvo razón ya que ésta obra es la cosmovisión de un pueblo sometido, es
los orígenes de ese pueblo, es la lucha entre el hombre y el clima inhumano
predominante en Finlandia. La primera edición del libro fue en 1835 y constaba
de poco más de 5,000 versos y para 1849 se editó de manera definitiva, con más
de 23,000 versos, agrupados en 50 cantos.[9]
Ésta serie
de cantos antiguos fue recopilada por un médico llamado EliasLönnrot, quien se pasó gran parte de su vida
recorriendo las zonas carelianas escuchando y tomando notas de todos los
poemas, mismos que adquirirían una importancia capital, ya que sería mediante
el Kalevala que se daría a conocer la existencia y el carácter específico
de los finlandeses.[10]
Sin
embargo, "lo que hizo tan significativo el Kalevala no fue tanto su
contenido y su lenguaje como el hecho de que los finlandeses fueran capaces de
realizar semejante logro cultural."[11]
Y esto es correcto, ya que Finlandia estuvo mucho tiempo sonetos y además tuvo
un impacto significativo en cuanto a la lengua, ya que después de la
publicación del libro, J.V. Snellman, exigió la implantación del finés como
lengua de la administración y la cultura, lo que significaba un compromiso con
el pueblo finlandés.[12]
Maamme (Nuestra
tierra)
Ese
nacionalismo también se puede notar en el poema escrito por Johan Ludvig
Runeberg, que aunque escrito originalmente en sueco, es actualmente el himno
nacional de Finlandia. Como se puede ver en la cita inicial de éste trabajo, el
poema habla sobre la naturaleza finlandesa, sobre cómo es Finlandia y, en
resumidas cuentas, es la exaltación de una tierra que aunque pobre, es la torre
que vio nacer a los finlandeses,[13]
ya que si bien, para los rusos o los suecos esta tierra no daba muchos réditos
económicos, para los finlandeses es la mejor tierra del mundo.
Esto
también se ve reflejado en la obra que Jean Sibelius compuso a finales del siglo
XIX, Finlandia. Ésta pieza musical es la creación de una imagen de
grandeza, de una Finlandia grande, llena de dones, donde hay una gran
prosperidad y sobre todo, donde hay finlandeses, todo esto a través de los
sonidos. Actualmente en el país existe una consigna de que el opus no. 26 de
Sibelius sea el himno nacional, ya que la letra, aunque posterior, habla sobre
el despertar del nacionalismo finlandés y sobre todo, del despertar de una
nación.[14]
A modo de conclusión
Como
podemos ver, la situación general de Finlandia durante el siglo XIX dio paso al
nacimiento de un nacionalismo bien fundamentado, cosa que se puede ver en un
dicho popular de ese siglo: "suecos no somos y rusos no queremos ser,
entonces seamos finlandeses."[15]
Con ésta consigna podemos notar el enorme sentimiento de amor a la patria
surgido durante el siglo XIX, ya que si bien, el país y sus habitantes gozaron
de enormes privilegios bajo el dominio ruso, los finlandeses no se sentían bien
siendo parte de Rusia, y las manifestaciones surgidas a lo largo del siglo XIX
y principalmente durante la segunda mitad no fueron espontáneas.
Una de las
causas de éstos acontecimientos fue el hecho de que Rusia, al ver que Finlandia
tenía relaciones crecientes y prósperas con el resto de Europa y que los
finlandeses empezaran a tener una mayor independencia, se dedicaran a
"rusificar" a Finlandia. Uno de esos "atentados" a la
autonomía finlandesa fue el que se instituyera el ruso como lengua oficial,
desplazando al finés y al sueco, hecho que para los habitantes fue un agravio,
ya que les había costado mucho el que se instituyera el finés como lengua
oficial.
Probablemente
uno de los errores de Rusia fue haberle dado a Finlandia demasiadas
atribuciones, pero Rusia tenía que asegurar la fidelidad del Estado finlandés
de algún modo y el darle a los finlandeses una mejor calidad de vida de la que
habían tenido con Suecia fue una manera importante de mantener esa fidelidad.
Sin embargo, esto solo fue en teoría, ya que la mayor parte de los finlandeses
siguieron viviendo en condiciones precarias:
"el renacimiento de la literatura finlandesa, la
constitución política de Finlandia, la formación del partido nacionalista o
finlandés, son obra de la dominación rusa, la cual, no pudiendo aspirar a una
asimilación rápida de éste país a la metrópoli, se mantiene neutral entre las
dos fuerzas constitutivas, la nacional y la sueca, y permite así que la primera
se haga dueña de la situación."[16]
Otro de
los hechos que motivó a los finlandeses a desarrollar su propia identidad
nacional, fue la lengua: durante toda la historia de Finlandia el finés fue la
lengua vulgar, siendo el sueco la lengua oficial del país. Sin embargo al
momento de pasar a manos rusas, el sueco se siguió conservando, pero el finés
comenzó a tener una mayor presencia provocada por la publicación, del Kalevala;
su recopilador, Elias Lönnrot, fue el primer finlandés de la élite en hacer del
finés su lengua madre, siendo él un parteaguas, para la posterior publicación
de libros y poemas en finés. Esto es muy importante, ya que con la obra de
Lönnrot no solo se retomaron las raíces de Finlandia como nación, sino que se
desarrolló la lengua del país, que había sido siempre la del pueblo, la lengua
vulgar, ya que como apunta Ángel Ganivet:
"La
autoridad rusa es conveniente; la lengua sueca podrá quedar como medio
supletorio de comunicación intelectual; pero el espíritu del país sólo puede
llegar a su máxima altura recogiéndose sobre sí mismo y 'pensando en su natural
idioma', fijado ya y ennoblecido por creaciones de tan subido valor como el Kalevala."[17]
Y estoy de
acuerdo con el señor Ganivet, ya que ésta obra es hermosa, es una exaltación de
la tierra, es una defensa de lo nacional a lo extranjero, viéndolo desde el
punto de vista romántico, no se asemeja a nada que se jacte de serlo, a lo
largo de todos los versos, la idea principal es la lucha entre los hijos de
Kaleva, que podrían ser los finlandeses, contra las huestes de Pohjola, que
bien podrían ser los suecos o los rusos.
La
identidad finlandesa se ve permeada por el hecho de que éste pueblo no
pertenece a la raza báltica, ni a la indoeuropea, la raza finlandesa y también
la lengua es impar y lo únicos primos que tienen en Europa, son los húngaros y
los estonios, esto hizo que los finlandeses no se sintieran identificados con
los rusos, ni con los suecos, lo que los llevó a buscar una identidad propia,
algo que los diferenciara de ambos pueblos. Además de que Rusia al no haber
constituido su dominio sobre una base étnica y lingüística, no pudo
homogeneizar a su población. Por lo cual "el nacionalismo finlandés tuvo
como bases el idioma y la cultura nacionales, un estado fuerte y vigorosas
identidades nacionales."[18]
Otra de
las cosas que son rescatables es el hecho de que la obra de Jean Sibelius fue
sumamente aceptada por el pueblo (incluso más que la de Runeberg) pero
fuertemente criticada y reprimida por los rusos y bien tuvieron razón los
rusos, ya que a lo largo de toda la letra de éste poema (escrito posteriormente
a la composición musical), se pueden encontrar versos llenos de nacionalismo,
versos llenos de Finlandia; los finlandeses ya no querían ser parte de Rusia, y
eso, junto con las grandes relaciones que tenía la clase intelectual en Europa,
y por ende la influencia que las ideas europeas tenían sobre ésta clase, los
llevó a refugiarse en la teoría de las nacionalidades y buscar su independencia
y conforme a esto, Finlandia ya estaba preparada para buscar su independencia y
conforme ésta teoría, el país ya estaba preparado para buscar una emancipación,
ya que poseían un idioma, una religión, una literatura y artes propias. Y es
por eso que cuando la independencia finlandesa se vio amenazada en la segunda
guerra mundial, éste sentimiento se hizo nuevamente presente:
Para mi no
hay mejor manera de llamar a un pueblo sometido a buscar la independencia que
por medio de la música, porque la música es universal y no entiende de
fronteras, es por eso que el opus no. 26 de Sibelius es más querida en
Finlandia que el propio himno nacional, ya que aunque la obra de Runeberg, Maamme
es una obra nacionalista, Finlandia lo es más ya que fue escrita en
finés y no en sueco, por lo que se llamó al pueblo en su propio idioma y no en
uno que ni les pertenecía. Es por eso que Finlandia tiene más valor que Maamme.
Además de que esa llamada fue muy directa, si bien nunca hace mención de los
rusos, si hace mención a la opresión y a la esclavitud, no sólo fue el llamado
a la independencia, sino que también es la extensión de la realidad social que
se vivía, justo éste es el momento en que la rusificación comienza a hacerse
presente y la clase intelectual del país comienza a hacer su nacionalismo más
presente con obras como ésta y con pinturas como las mencionadas anteriormente.
Para
finalizar, Finlandia jugó un papel importante para la seguridad del Imperio
Ruso en el siglo XIX, además de que tuvo un gran desarrollo intelectual e
ideológico, que bien pudo competir con otras poten las europeas. Todo esto es
resultado de la enorme autonomía que tuvo bajo el dominio ruso, autonomía tal
que llevó al país a ser la primera nación europea en otorgar el sufragio
universal a las mujeres, llevó a Finlandia a ser una nación próspera
económicamente (a pesar de ser un país agrario) y a desarrollar industrias tan
importantes hasta nuestros días como Nokia; mismo desarrollo que hoy en día
hacen de Finlandia la nación más próspera económica, social, política y
educativamente.
[6] Sakari Saarikivi, “El arte moderno”, en V.V.A.A., Finlandia, ayer y hoy, Madrid, Espasa-Calpe, trad. Alfonso Reta y
Felipe Ximénez de Sandoval, 1973, p. 154.
[19] S.A., Finlandia
Hymni, (DE 7 de octubre de 2011, 08:01 p.m., en http://www.suomifanit.com/pages.php?page=laulukirja) texto traducido del finés por Anahí Sandoval: Oi nouse, Suomi, nosta korkealle/pääs' seppelöimä suurten
muistojen,/oi nouse, Suomi, näytit maailmalle/sa että karkoitit orjuuden/ja
ettet taipunut sa sorron alle,/on aamus' alkanut, synnyinmaa.
Entre el León y el Coloso. El Gran Ducado de Finlandia
y el surgimiento del nacionalismo durante el siglo XIX.
“¡Oh
nuestra tierra, Finlandia, la patria!
¡Escucha la palabra de oro!
No hay valle, ni colinas,
Ni agua, ni playa más amada
Que esta tierra del norte
¡La tierra amada!”[1]
Introducción
Finlandia,
una tierra que siempre se ha caracterizado por tener un clima inhóspito y por
lo tanto, de poca importancia para las potencias europeas; sin embargo su
importancia militar durante el siglo XIX fue enorme para el Imperio Ruso. En el
presente trabajo se tratará de dar una visión general acerca de este país
nórdico durante este período, ya que si bien, Rusia tenía otros ducados
autónomos, Finlandia se desarrolló de una manera más especial, al obtener mayor
autonomía que otros ducados como el de Polonia.
En México
se tiende a hablar poco acerca de las naciones del norte de Europa, por lo que
el desarrollo de este tema tiene como fin ampliar los conocimientos históricos
acerca de dicho país, una nación tan cercana como lejana a nuestro país. Se
pretende conocer el proceso de conformación del nacionalismo finlandés, así
como la influencia que éste, junto con el romanticismo, tuvieron para lograr su
independencia; de igual manera se pretende conocer los derechos que tuvo ésta
nación bajo la influencia de Rusia.
La
hipótesis a seguir en este trabajo es que Finlandia se desarrolló como un
territorio mayormente autónomo que pudo tener su forma de gobierno, así como un
parlamento, una moneda e impuestos propios, diferentes a los rusos. Con la
llegada de los movimientos romántico y nacionalista a Finlandia, los
finlandeses comenzaron a tener ideas de independencia y de un territorio
propio, fuera del influjo de Suecia o Rusia.
El siglo
XIX se caracterizó por grandes revoluciones, imperios y corrientes ideológicas
que influirían en los acontecimientos del siglo XX. Finlandia jugó un papel
estratégico para los rusos, ya que aunque "poco poblada y pobre, apenas
interesaba a Rusia, pero desde la fundación de San Petersburgo, la protección
de su capital occidental y de su comunicación con el Báltico fue algo
importante para Rusia."[2]
Dando inicio al período de conquista de Finlandia.
Finlandia pasa a Rusia
Durante
más de seis siglos Finlandia estuvo bajo la influencia de Suecia y fue a
finales del siglo XVI cuando con el rey Juan III de Suecia, se instituyó el
Gran Ducado de Finlandia.[3]
Sin embargo, éste período de la historia es mejor conocido bajo el influjo de
Rusia: cuando en el siglo XVIII Suecia perdió su calidad de potencia, Rusia se
aprovechó de la situación para emprender varias incursiones a los territorios
finlandeses y fue con el zar Alejandro I cuando finalmente se conquistó
Finlandia.
En 1808,
Suecia -aliada con los británicos- se negó a participar en el bloqueo
continental que Napoleón Bonaparte intentó hacer contra Inglaterra y Rusia
-aliada con Napoleón- aprovechó la situación para obligar a Suecia a cederle
los territorios finlandeses y como resultado, Finlandia pasó definitivamente a
Rusia,[4] el
primer tratado donde se estipula esto fue mediante el Tratado de Tilst de 1807,
donde Napoleón hizo un reparto de las zonas de influencia[5] y
finalmente con el tratado de Hamina de 1808 "todas las provincias
finlandesas y una parte de la de Västerbotten en Suecia fueron cedidas a
Rusia."[6]
Tras la
firma del tratado, el estatus de Finlandia cambió e incluso fue diferente al de
los demás territorios dominados por Rusia. La nación fue gobernada con una
constitución, leyes y tarifas aduaneras propias, y se convirtió en un gran
ducado separado y distinto al resto del imperio completo.[7]
El Gran Ducado Autónomo de Finlandia
"Finlandia conservó no solamente su religión
luterana, el sueco como lengua oficial y el Derecho civil y el Derecho penal
suecos, sino también la forma gustaviana de gobierno. El hecho de que Finlandia
se dotara de su propia administración central y, en principio, de su propio
Parlamento compuesto por cuatro estamentos, desembocó en la aparición de un
Estado finlandés genuino. Finlandia, que disponía ya del rango heráldico de
Gran Ducado se convirtió de hecho en un Gran Ducado dotado de instituciones
propias."[8]
La cita
anterior describe las ventajas que obtuvo Finlandia al ser parte de Rusia. Sin
embargo, esto se debió a que Rusia tenía que asegurar la fidelidad del Gran
Ducado de alguna manera, y qué mejor forma que ofreciéndole un mejor estatus
del que tuvo con Suecia a lo largo de más de seis siglos. Pero analicemos brevemente éste ducado.
Gobierno
Rusia
respetó la forma de gobierno finlandesa, y no sólo eso, sino que todos los
funcionarios públicos del gobierno eran finlandeses, con excepción del
Gobernador General, representante ruso del emperador.[9]
Además, Finlandia poseía un órgano gano de administración superior: el Senado;
al igual que los funcionarios, todos los senadores eran finlandeses y eran
elegidos por el zar.[10]
Esta situación nos deja en claro que los finlandeses eran los únicos que podían
administrar los asuntos del interior, mientras que los asuntos exteriores
estaban reservados para que el zar los resolviera.[11]
La influencia de los finlandeses comenzó a sentirse con mayor fuerza durante la
segunda mitad del siglo XIX, en el momento en que la Dieta finlandesa -miembros
del Parlamento, encargados de los asuntos internos-, se reunió por segunda
ocasión para declarar al finés como lengua oficial del ducado. La primera
reunión había sido en 1808, en la ciudad de Porvoo, en la cual el zar Alejandro
I "declaró que Finlandia había sido elevada al grado de nación."[12]
La
autonomía de Finlandia fue tal, que llegó a tener una democracia única y en
1907 se convirtió en la primera nación europea en otorgar el sufragio universal
a las mujeres, siendo las elecciones de ese año un parteaguas para que la
socialdemocracia finlandesa triunfara. La oposición del zar Nicolás II a estas
reformas, trajo consigo el descontento social, mismo que llevó a Finlandia a
buscar su independencia.[13]
La autonomía finlandesa había sido atacada por los nacionalistas rusos quienes
comenzaron a ver en Finlandia un territorio ajeno al imperio, mismo que debía
ser sometido nuevamente, con lo cual, los asuntos del Gran Ducado pasaron a ser
decididos por rusos.[14]
Todo lo anterior es consecuencia del fortalecimiento de los partidos pro
fineses que se desarrollaron en el Estado finlandés, específicamente durante el
reinado del zar Alejandro III (1881-1894).
Economía
Durante el
siglo XIX Finlandia encontró una estabilidad económica que no había tenido bajo
el dominio sueco; en la primera mitad mantuvo condiciones de vida
principalmente agrarias, que representaron una lentitud económica entendible,
ya que con las condiciones climáticas propias del país, es difícil mantener
buenas cosechas o incluso hacerlas prosperar. Para la segunda mitad del siglo,
la Revolución Industrial llegó a Finlandia y con ella el ferrocarril y la
creación de diversas líneas que atravesaban el país, con la de
Helsinki-Riihimäki-Viipuri-San Petersburgo, como la principal, inaugurada en
1870.[15]
Esto trajo consigo el desarrollo del comercio de Finlandia con el resto del
Imperio y hasta con Europa. El ferrocarril no fue el único logro en la economía
finlandesa sino que además "el Parlamento, un ejército propio y una moneda
nacional, el marco, que Finlandia obtuvo en 1860 y que en 1865 fue desligado
del área del rublo y en 1878 relacionado con el patrón oro, tuvieron una
notable influencia en la vida estatal y económica finlandesa y en su
modernización."[16]
Sin embargo
ésta modernización no significó una mejora en la calidad de vida de la
población finlandesa, ya que un alto porcentaje continuó viviendo en las zonas
rurales del país y el comercio únicamente benefició a la élite, ya que el
territorio se dividió en dos: el occidente de Finlandia que estaba más dirigida
a Suecia y el oriente que estrechó más sus lazos con San Petersburgo.[17]
Ese olvido por las clases campesinas se hizo obvio durante la década de 1860
cuando las hambrunas se hicieron presentes debido a las malas cosechas e
incluso en la década de 1890, las hambrunas y enfermedades se incrementaron,
cobrando la vida de una décima parte de la población finlandesa.[18]
Educación y seguridad nacional
Bajo
dominio sueco, Finlandia obtuvo sus propias instituciones, una de ellas fue la
universidad; la de Turku (Åbo) fue la primera en el país y fue donde se inició
la vida intelectual. Sin embargo, con la llegada del nuevo régimen a Finlandia,
la universidad fue trasladada de Turku a Helsinki, conocida como la Universidad
de Alejandro.[19]
La
Universidad de Helsinki comenzó a cobrar importancia en la década de 1860 por
su importante papel en la formación de grandes pensadores de la época. Además
de ofrecer las condiciones precisas para el desarrollo de las actividades intelectuales,
la importancia de la institución también radicó en que fuera de ella existían
pocas fuentes de recursosculturales.[20]
Ligado a la universidad se encontraba el ejército imperial, del que Finlandia
fue dotada en 1878 y estaba conformado por 5000 hombres, mismos que entraban
con la realización del servicio militar obligatorio; la importancia de éste
organismo radica en que era otra de las vías por las cuales la población podía
tener acceso a la educación. Sin embargo, existió otro organismo por el cual se
impulsó el ascenso del nivel educativo del pueblo: la escuela popular, creada
en 1866.[21]
La estrategia de Rusia: la fundación de una nueva
capital
Con la
importancia que Finlandia había cobrado para Rusia, el zar sabía que debía
mantener al país pacificado y fiel, y para eso el imperio debía tener la
capital del Gran Ducado más cerca de ella y más alejada de Suecia, algo que no
se cumplía con Turku como ciudad principal; en 1812 Alejandro I decidió hacer
de Helsinki la nueva urbe y fue reconstruida "con un esplendor sin
precedentes, para demostrar tanto a los finlandeses como a los extranjeros que
había nacido una nueva entidad política: el Gran Ducado de Finlandia."[22]
Con esto Rusia dejaba en claro su superioridad en el territorio finlandés y sus
intenciones de hacer de Finlandia un Estado autónomo. Para 1819 el Senado fue
trasladado a Helsinki y para 1828 la Universidad;[23]
Turku no perdió su importancia y a la fecha continúa como la segunda ciudad más
importante del país. Con la nueva capital, Rusia tenía una mayor presencia en
el Gran Ducado, y la necesidad de acercar espiritual y geográficamente el
centro administrativo de Finlandia, los rusos tenían que asegurarse de mantener
a los finlandeses fieles, hecho comprobado "cuando las flotas británica y
francesa destruyeron las defensas rusas durante la guerra de Crimea, dañando al
mismo tiempo las propiedades finlandesas, los fineses contribuyeron con gran
celo y convicción a rechazar al enemigo occidental."[24]
Este acontecimiento también deja claro que el nacionalismo finlandés comenzaba
a tomar forma.
Finlandia libre
Debido a
las grandes revoluciones nacidas a finales del siglo XIX y principios del XX,
Rusia se vio sumida en una profunda crisis que afectó a la nobleza del país y a
la sociedad en general, también en Finlandia. Debido al nacionalismo
desarrollado dentro del Gran Ducado, la clase alta del país comenzó a buscar su
independencia, misma que fue declarada el 6 de diciembre 1917; esto
aprovechando la Revolución Rusa de ese año y el hecho de que los bolcheviques
ya no tenían la capacidad de seguir peleando para imponer su visión en los
estados bálticos y Finlandia, lo que los llevó a reconocer la emancipación del
país nórdico en 1920.[25]
Siendo Finlandia la primera nación que obtuvo su independencia como
consecuencia de la Primera Guerra Mundial.
[1]J. L. Runeberg, “Maamme”, en Matti Poutvaara, Suomi Finland, Porvoo, Werner Söderström Osakeyhtiön, 7° ed. 1961,
p. 6 (texto traducido del finés por Anahí Sandoval: Oi maamme, Suomi,
synnyinmaa!/Soi sana kultainen!/Ei laaksoa, ei kukkulaa,/ei vettä, rantaa
rakkaampaa,/kuin kotimaa tää phjoinen,/maa kallis isien!)
[2]Matti Klinge, Breve historia de Finlandia, Helsinki,
Otava, trad. Úrsula Ojanen y Joaquín Fernández, 2° ed., 2000, p. 63.
[4]Mikko Juva, “Mil años
de historia finlandesa”, en V.V.A.A., Finlandia,
ayer y hoy, Madrid, Espasa-Calpe, trad. Alfonso Reta y Felipe Ximénez de
Sandoval, 1973, p. 62.